En una emotiva celebración con motivo del 60º aniversario del Monasterio Carmelita de Mar del Plata, Monseñor Jorge Giobando, Obispo de la Diócesis, compartió una profunda homilía centrada en la gratitud, la espiritualidad carmelita y la figura de San Juan de la Cruz.
El obispo destacó la importancia de este aniversario como un momento de acción de gracias, expresando su reconocimiento por la vida y obra de las hermanas carmelitas, así como por la inspiración de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, figuras centrales del Carmelo.
La espiritualidad de San Juan de la Cruz
Monseñor Giobando recordó una de las enseñanzas más emblemáticas de San Juan de la Cruz: "Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres; para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada." Reflexionó sobre cómo este llamado al desprendimiento y la confianza en Dios es un desafío constante en la vida espiritual, especialmente en un mundo marcado por el apego a lo material y las comodidades.
El obispo también resaltó la vida de San Juan de la Cruz como ejemplo de humildad y entrega. Desde su infancia marcada por la pobreza, hasta su formación con los jesuitas y su camino como místico y doctor de la Iglesia, San Juan ofreció un testimonio vivo de amor puro hacia Dios y fidelidad a su voluntad.
Un legado para la Iglesia
Citó además a Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), quien describió la espiritualidad de San Juan de la Cruz como un amor puro y desinteresado hacia Dios, libre de apegos y completamente abierto a cumplir su voluntad. Esta espiritualidad, explicó Monseñor Giobando, sigue siendo una guía luminosa para quienes buscan profundizar en su relación con Dios.
San Juan de la Cruz, en su obra como poeta y místico, legó a la Iglesia enseñanzas de una profundidad que lo llevaron a ser proclamado Doctor de la Iglesia. Monseñor Giobando animó a los presentes a explorar los escritos del santo, como La Subida al Monte Carmelo y La Noche Oscura del Alma, para encontrar en ellos una fuente inagotable de sabiduría espiritual.
Un llamado a abrazar la cruz
En su homilía, Monseñor subrayó la centralidad de la cruz en la vida cristiana, tal como lo hizo San Juan de la Cruz. Señaló que abrazar la cruz no solo implica aceptar las dificultades, sino transformarlas en fuente de gracia, sabiduría y amor.
El aniversario del Monasterio Carmelita se convirtió así en una ocasión para renovar el compromiso de fe y profundizar en la espiritualidad del Carmelo. Monseñor Giobando concluyó su mensaje agradeciendo la dedicación y testimonio de las hermanas carmelitas, quienes, siguiendo los pasos de sus santos fundadores, continúan iluminando la vida de la Iglesia con su oración y su carisma.
El legado de San Juan de la Cruz, evocó el obispo, sigue siendo una invitación abierta a todos los fieles para abrazar la cruz, buscar a Dios en lo esencial y caminar en el amor puro que transforma el corazón.