La Divina Misericordia: Un Camino hacia la Paz y la Libertad - Reflexiones de Monseñor Ernesto Giobando

En una conmovedora homilía durante la celebración del "Domingo de la Divina Misericordia", coincidiendo con el sexto aniversario de la "Casa de la Libertad y la Misericordia" en Mar del Plata, Monseñor Ernesto Giobando (SJ), Administrador Apostólico de la Diócesis, compartió reflexiones profundas sobre el perdón, la paz y la fe, inspiradas en el Evangelio de San Juan.

La Paz y el Perdón Según Jesús

Monseñor Giobando recordó la aparición de Jesús a sus discípulos, subrayando la importancia del saludo de paz que Jesús les extendió, un gesto que va más allá de una simple cortesía para adentrarse en el territorio de la gracia divina:

"La paz del Señor esté con ustedes... No es cualquier paz; es la paz que nos da Dios a través de Jesús, es la paz más grande que puede recibir la condición humana."

Este saludo es seguido de un acto de misericordia sin precedentes, donde Jesús sopla sobre sus discípulos, otorgándoles el poder de perdonar pecados, destacando la condición necesaria para recibir este perdón:

"Para poder recibir el perdón, hay una condición muy importante: es que tenemos que aprender a perdonar. Yo no puedo recibir el perdón de Dios si no estoy dispuesto a perdonar a aquel que me haya ofendido."

 

Fe Sin Ver

La homilía también tocó la incredulidad de Tomás, quien dudó de la resurrección de Jesús hasta no ver y tocar sus llagas. Este episodio lleva a Monseñor Giobando a reflexionar sobre la naturaleza de la fe:

"Nuestra fe se basa justamente en no ver. No vemos pero creemos... Jesús después de resucitar conservó su físico, su cuerpo resucitado ya glorioso."

Y resalta la bienaventuranza de creer sin haber visto, un principio que se manifestó primero en María:

"Felices los que creen sin ver... ¿Quién fue la primera mujer que creyó sin ver? María."

La Misericordia en la Práctica

Monseñor Giobando concluye su homilía haciendo un llamado a vivir la misericordia no solo en palabras sino en acciones concretas, inspirándose en las enseñanzas de Jesús sobre las obras de misericordia:

"Si todavía nos cuesta perdonar, al menos hagamos alguna obra de misericordia... La caridad cubre la multitud de los pecados."

El mensaje de Monseñor Giobando es un recordatorio potente de que el camino de la fe cristiana es uno de acción, misericordia y amor, principios que se reflejan en la labor de la "Casa de la Libertad y la Misericordia", que sirve como un faro de esperanza y renovación en la comunidad de Mar del Plata.


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