En una emotiva ceremonia llevada a cabo el pasado domingo 11 de febrero en la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia de Mar del Plata, el administrador apostólico, Monseñor Ernesto Giobando SJ, realizó el "envío misionero" a Verónica Rubí. Este acto se enmarcó en la celebración en acción de gracias por la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina.
Verónica Rubí, misionera laica de la diócesis de Mar del Plata, compartió su testimonio misionero tras dedicar nueve años de su vida en la diócesis del Alto Solimoes, en pleno corazón del Amazonas. La ceremonia, llena de fe y esperanza, fue un testimonio vibrante del compromiso de Verónica con la labor misionera.
La entrevista, realizada al finalizar la ceremonia, ofreció un vistazo profundo a la trayectoria misionera de Verónica. Después de siete años de misión en Mozambique, Verónica concluye una etapa en la misión que desarrolló en los últimos años, primero junto a la comunidad Marista y, en el último período, como misionera de la diócesis de Mar del Plata.
Verónica, al ser consultada sobre su próximo destino, compartió esperanzada: "Voy a la amazonía peruana, cerca de la triple frontera de Brasil, Perú y Colombia, casi en la línea con el Ecuador. Voy al vicariato San José de la Amazonas". Describió la realidad de vida en esa región, donde la selva y los ríos son protagonistas, con comunidades indígenas rurales y distancias que se recorren principalmente por río.
Al ser preguntada sobre la influencia de Mama Antula en su decisión, Verónica expresó: "Me siento apoyada por todo lo que ella es. Mujer, laica, misionera, peregrina. Para mí, es una nueva etapa de misión, desde mi adolescencia estoy misionando".
La misionera compartió su proceso de discernimiento, enfatizando la importancia de la oración, el silencio y el encuentro consigo misma. "Dios se manifiesta de muchas maneras, no hay una única forma de llamado", afirmó Verónica.
En el final de la entrevista, Verónica agradeció el apoyo de la comunidad y expresó su gratitud por la oportunidad de servir en una nueva etapa de misión. La diócesis de Mar del Plata se enorgullece de contar con misioneras comprometidas como Verónica Rubí, quienes llevan la luz del evangelio a lugares remotos del mundo.