De Carnavales a Desiertos: El Camino Cuaresmal hacia la Resurrección según Monseñor Giobando SJ

En la solemne celebración del Miércoles de Ceniza en la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia de Mar del Plata, las palabras de Monseñor Ernesto Giobando SJ resonaron como una guía espiritual para la comunidad. En la solemnidad de la liturgia, el administrador apostólico nos llevó a un profundo viaje de reflexión, recordándonos que el término del bullicioso carnaval marca el comienzo de una travesía interior: la Cuaresma. En este contexto sagrado, Monseñor Giobando nos exhortó a vivir este tiempo litúrgico no solo como un período de privaciones externas, sino como un viaje hacia el desierto interior, donde la esencia de nuestra humanidad se encuentra con la luz de la resurrección.

1. Inicio de la Cuaresma después del Carnaval:

Monseñor Ernesto Giobando SJ, administrador apostólico de la diócesis de Mar del Plata, nos invita a reflexionar sobre el inicio de la Cuaresma después del carnaval. Enfatiza que, a pesar de la festividad, es momento de dejar atrás la frivolidad y adentrarnos en un periodo de 40 días, recordando la experiencia de los judíos en el desierto y la travesía de Jesús tras su bautismo.

"La experiencia del desierto es algo a lo cual todos estamos invitados, no a un desierto físico, sino a hacer esa experiencia del desierto interior. Es en ese desierto que debemos caminar, rezar y descubrir lo fundamental en medio de las distracciones de la vida cotidiana." Monseñor Ernesto Giobando SJ


2. La Importancia de la Experiencia del Desierto:

Monseñor Giobando compara la Cuaresma con la experiencia del desierto, destacando la necesidad de despojarnos de lo superfluo y centrarnos en lo esencial. El desierto, simbólicamente, representa un lugar donde debemos caminar, pasar por distintas etapas y ser previsores. La experiencia del desierto nos invita a reflexionar, rezar y conectar con lo fundamental, alejándonos de las distracciones de la vida cotidiana.

"La Cuaresma no se trata solo de privarnos de carne o comer pescado en Semana Santa, es un camino interno que nos lleva a la resurrección. Si estas cenizas no nos vuelven a Jesús, que dio su vida por nosotros, se convertirán en un mero signo externo sin significado profundo." Monseñor Ernesto Giobando SJ


3. La Cuaresma como Camino hacia la Resurrección:

El administrador apostólico subraya que el propósito último de la Cuaresma no se limita a prácticas materiales como el ayuno y la abstinencia. Más bien, nos invita a prepararnos para la resurrección, el verdadero objetivo de este tiempo litúrgico. La ceniza, símbolo de nuestra limitación, nos recuerda la brevedad de la existencia humana. La Cuaresma, en última instancia, busca un cambio interno, una conversión personal que nos acerque a Jesús y dé significado a la fe en la resurrección.

"Este camino penitencial es personal; nadie puede hacerlo por nosotros. A través de la confesión, debemos preguntarnos en qué debemos convertirnos, cómo podemos mejorar la vida de los demás y llenar nuestros corazones de amor para ser portadores de la buena noticia, llevándola más allá de los límites de la iglesia." Monseñor Ernesto Giobando SJ

A través de estas reflexiones, Monseñor Giobando nos insta a realizar un camino penitencial durante la Cuaresma, donde la pregunta constante sea: "¿En qué debo convertirme?". Invita a una transformación personal que, junto con la confesión y el perdón, nos prepare para la luz de la Pascua, recordándonos que la fe en la resurrección es fundamental para vivir una fe auténtica.

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