En un emotivo y conmovedor mensaje dirigido a los niños, el querido cardenal Luis Pascual Dri, un fraile argentino-entrerriano de noventa años que reside en el santuario de Nuestra Señora de Pompeya en CABA, compartió palabras de sabiduría y aliento que tocan profundamente los corazones de creyentes de todas las edades.
Desde su silla de ruedas, el Cardenal Dri expresó su gratitud a todos los presentes, especialmente a Iván y al equipo, por acercarse hasta Pompeya para escuchar sus palabras. A lo largo de su mensaje, se centró en el tesoro más valioso que había recibido en su vida: una familia cristiana que le enseñó los cimientos de la fe y el amor hacia Dios.
En un tono humilde pero poderoso, el Cardenal Dri transmitió un mensaje fundamental: "Pierdan todo, pero no pierdan la fe. Porque pierden a Jesús, y el que no tiene a Jesús no tiene nada, aunque tenga millones". Su consejo resonó en todos los corazones presentes, recordándonos que, sin importar las dificultades, la fe en Jesús es el fundamento sobre el cual construimos nuestras vidas.
El cardenal compartió su historia como catequista y su profundo amor por la Virgen María, resaltando la importancia de mantener viva la fe a lo largo de nuestras vidas. Hizo un llamado a los presentes, especialmente a los jóvenes, a no olvidar la importancia de la fe y la cercanía con Jesús, incluso después de momentos significativos como la Primera Comunión.
El mensaje del Cardenal Dri se centró en la esperanza y la fortaleza que provienen de mantener viva la relación con Jesús y María, sin importar las dificultades que puedan surgir en el camino. Con su tono alentador, exhortó a todos a ser optimistas y llenos de esperanza, recordándonos que Dios siempre está con nosotros, guiándonos y sosteniéndonos en momentos de adversidad.
Finalmente, el cardenal pronunció una bendición conmovedora sobre todos los presentes, pidiendo que Dios los bendiga y los colme de su amor y paz. Sus palabras dejaron una marca indeleble en los corazones de todos los que tuvieron la oportunidad de escucharlas, recordándonos la importancia de abrazar la fe y la esperanza en nuestro camino de vida.
En un mundo donde las distracciones y los desafíos pueden nublar nuestra visión espiritual, el mensaje del Cardenal Dri es un recordatorio poderoso de que el tesoro más valioso que podemos poseer es una fe inquebrantable en Jesús. Su humildad y sabiduría continúan inspirando a los creyentes de todas las edades a mantener viva la llama de la fe y a enfrentar el futuro con esperanza y confianza en Dios.