En la Plaza de San Pedro, durante la celebración de la solemnidad de la Asunción, el Papa Francisco compartió palabras inspiradoras en su mensaje durante el rezo del Ángelus. El Pontífice resaltó los valores de la alabanza y el servicio, señalando a Jesús y María como modelos a seguir en este camino hacia la gloria celestial.
Jesús y María, dos vidas que vencieron a la muerte y resucitaron, comparten una trayectoria común: ambas ascienden hacia lo alto, glorificando a Dios y sirviendo a sus semejantes. El Papa enfocó su mensaje en estos dos aspectos fundamentales durante la solemnidad de la Asunción.
Tal como Jesús subió a Jerusalén para entregar su vida en la cruz, la Virgen María, a quien contemplamos en su ascensión en cuerpo y alma a la gloria del Cielo, subió hacia una región montañosa para ayudar a su prima Isabel en su tiempo de necesidad.
El Papa subrayó la importancia del servicio desinteresado como una manifestación del amor que eleva la vida. "Cuando nos abajamos para servir a los hermanos, es cuando subimos: es el amor que eleva la vida", afirmó el Papa. Reconociendo la dificultad del servicio, el Papa elogió el voluntariado, destacando que "ayudar cuesta" y requiere sacrificio y dedicación.
El servicio, según el Papa, también debe ir acompañado de alabanza a Dios. La falta de alabanza puede tornar el servicio estéril. El Papa mencionó cómo María alabó al Señor cuando entró en casa de su prima Isabel. La alabanza a Dios es como una escalera que eleva los corazones, aumenta la alegría y vence la tentación de desanimarse.