Con una sorprendente anticipación de casi una hora, el avión A321/TAP de Air Portugal tocó tierra en el aeropuerto de Roma-Fiumicino alrededor de las 21:40 horas. Este aterrizaje temprano marcó el final de un viaje memorable para el Papa Francisco, quien había partido de la Base Aérea Figo Maduro en Lisboa a las 18:20, después de una emotiva ceremonia de despedida y una breve conversación privada con el Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Durante su estancia en Lisboa, el Santo Padre había estado inmerso en el vibrante ambiente de la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud, donde se unió a una multitud de un millón y medio de jóvenes. El avión de la aerolínea TAP Air Portugal, que transportaba al Papa, su séquito y periodistas de medios internacionales, regresó con él a la Ciudad Eterna antes de lo previsto, aterrizando en el aeropuerto de Roma-Fiumicino en un emotivo cierre a su viaje.
La jornada de despedida comenzó en la Base Aérea Figo Maduro, donde el Papa había llegado alrededor de las 17:50. Allí, mantuvo una breve conversación privada en la Sala VIP con el Presidente portugués. Marcelo Rebelo de Sousa, quien había acompañado al Papa durante todos los eventos importantes en Portugal desde el 2 de agosto. Tras intercambiar palabras y expresar su gratitud, el Pontífice saludó a las delegaciones y a la Guardia de Honor antes de abordar el avión.
El viaje apostólico de Francisco a Portugal había sido especialmente significativo, marcado por momentos emotivos y encuentros con diversos grupos. Desde los eventos institucionales iniciales con autoridades políticas y líderes religiosos locales hasta los encuentros característicos de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa había estado profundamente involucrado en la vida de la comunidad durante su estancia en Lisboa. El punto culminante fue su visita a Fátima, donde participó en una conmovedora oración a la Virgen María junto a enfermos y personas privadas de libertad.
Inmediatamente después de su partida, el Papa envió un conmovedor telegrama al Presidente de Portugal, expresando su gratitud y afecto por la cálida bienvenida y hospitalidad que recibió durante su visita. En el telegrama, el Papa Francisco compartió: "De regreso a Roma, al término de mi viaje apostólico, deseo expresar una vez más mi profunda gratitud a Vuestra Excelencia y al pueblo portugués por la calurosa acogida y hospitalidad que me dispensaron durante mi visita. Con la renovada seguridad de mis oraciones por todos vosotros, invoco cordialmente sobre la nación las bendiciones de Dios Todopoderoso de fraternidad, alegría y paz."
El viaje del Papa Francisco a Portugal dejó una impresión duradera tanto en los corazones de los jóvenes que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud como en la nación en su conjunto. Sus palabras y acciones durante su visita reafirmaron su papel como líder espiritual y su compromiso con la compasión, la fraternidad y la paz en un mundo que anhela estas cualidades más que nunca.